Prometeo

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Hijo del titán Jápeto y “primo” de Zeus, hijo del titán Crono. Según la versión, su madre es Asia o Clímene, ambas hijas del Océano. Sus hermanos son Atlante, Menecio y Epimeteo —el más torpe—. El nombre de la esposa de Prometeo también difiere según la versión. El más común es Celeno o Clímene. Sus hijos son Quimereo, Lico y Deucalión. A veces también se le atribuyen otros tres: Helén, Etneo y Tebe.

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Se dice que Prometeo creó a los primeros hombres al moldearlos con arcilla. Aunque en la Teogonía él solo es el protector de la humanidad, no su creador. 

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Prometeo engañó a Zeus por su amor a la raza humana. La primera vez fue en Mecone, durante un sacrificio. Prometeo dispuso dos partes de un buey. En un lado puso la carne y las entrañas, cubriéndolas con el vientre del animal, en el otro estaban los huesos cubiertos por grasa blanca. Le dijo a Zeus que eligiera un lado. La otra parte sería para los hombres. Zeus escogió la grasa blanca, y al descubrir que solo tenía huesos pelados, sintió odio hacia Prometeo y los mortales, estos últimos bendecidos con astucia. Zeus castigó a los humanos: no volvería a enviarles el fuego. Pero Prometeo ayudó a la humanidad. Robó semillas de fuego en la rueda del Sol, y se las llevó ocultas en un tallo de férula. Otra versión explica que robó el fuego de la fragua de Hefesto. Por esto, Zeus castigó a los hombres y a Prometeo. A los mortales les envió a Pandora, y a Prometeo lo encadenó en el Cáucaso, donde un águila, cría de Equidna y Tifón, le devoraba el hígado, el cual se regeneraba continuamente. Zeus juró que nunca desataría a Prometeo. 

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Cuando Heracles pasó por Cáucaso disparó una flecha al águila, matándola en el acto, y liberó a Prometeo. Zeus no protestó, pues este acto heroico aumentaba la gloria de su hijo. Pero para cumplir con su juramento, le ordenó a Prometeo usar un anillo hecho con el acero de sus cadenas y un trozo de la roca a la que estaba atado. De esta forma, el protector del hombre seguía atado a la roca. 

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En ese momento, el centauro Quirón, herido por una de las flechas de Heracles y en un estado de profundo dolor, deseó dejar de ser inmortal y morir. Prometeo le concedió su deseo y se hizo inmortal en lugar del centauro. Zeus aceptó la liberación y la inmortalidad del titán, pues este le había hecho un gran favor: le había revelado un oráculo en el que si tenía un hijo con Tetis, este sería más poderoso que él y usurparía el trono. Prometeo tenía el don de la profecía. Le indicó a Heracles que el único que podía conseguir manzanas de oro era Atlante, en el jardín de las Hespérides. Prometeo compartió su don con las divinidades hijas de la Tierra, la profetisa por excelencia. También enseñó a su hijo Deucalión la forma de salvarse del gran diluvio que Zeus planeaba para exterminar a los humanos.

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- Grimal, Pierre, (1989). Diccionario de mitología griega y romana. Trad. Francisco Payarols, Barcelona, España: Paidós. (pp. 455)

- Graves, Robert, (2007). Los mitos griegos I y II. Trad. Esther Gómez Parro, 2001., Madrid, España: Alianza Editorial (pp. 111)

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